Colegio se cae a pedazos

Colegio N°41041" Cristo Rey" en Camaná se cae a pedazos

Escolares se reparten en ambientes prestados y aulas prefabricadas en medio de una cancha de frontón para poder estudiar, esperando que reconstruyan su local.




Los niños del colegio 41041 Cristo Rey, en Camaná, corretean con encantadoras sonrisas por los pasillos sin saber el peligro al que están expuestos porque el colegio está a punto de colapsar.Son 780 los estudiantes que reciben clases en ese recinto, mientras que los demás lo hacen en otros dos locales.

“Aparentemente todo está bien, pero en realidad es como maquillaje en el rostro. Todo es maquillaje, y se hizo con el programa de mantenimiento”, así describió la situación del colegio la directora Naissa Mejía Valdivia.

PANORAMA. Esta es la institución educativa más antigua de Camaná, tiene 108 años y por lo mismo su local está muy deteriorado. Las paredes y los techos de las aulas están rajadas. En uno de los salones se puede ver que parte del techo se ha desprendido, los escombros están en el suelo en señal de peligro.

En algunos ambientes, las ventanas colapsaron y en otros, las paredes quedaron deformes o tienen las huellas de la excesiva humedad 11 salones fueron declarados inhabitables por Defensa Civil de la comuna provincial de Camaná.

Al mirar el piso, uno nota una rajadura que parece se abrirá en caso de un sismo de fuerte intensidad, las estructuras de metal están oxidadas y aún así, estos salones son ocupados por los administrativos, no tienen otra alternativa.

El gimnasio se ha convertido en un nido de palomas y el óxido de su infraestructura evita que sea ocupado. En el lugar solo quedaron sillas malogradas y trofeos antiguos.

Un pasillo comunica el recinto con la nueva infraestructura del plantel y donde se han habilitado 14 secciones de primaria y 12 de secundaria para el turno de la tarde, se ha convertido en una bomba de tiempo. En opinión de la directora Naissa Mejía, el piso parece estar inflado, como si hubiera una gran burbuja debajo o un gran hoyo.

“Debajo del cemento hay agua, es por eso que está hinchando y suena así”, explicó la maestra. “Si excavamos a un metro de profundidad encontraremos agua, todo esto es un pantano, en todo el subsuelo de Camaná hay agua y las casas están cediendo”, manifestó.

Esta versión es confirmada por el médico del hospital de Camaná, Zenón Gonzáles. “En Camaná hay agua en el subsuelo y en el aire (humedad)”, dijo.

Para una mejor comprensión, la infraestructura del colegio tiene una antigua edificación levantada sin proyección, sin estudio técnico, e incluso construida por los padres de familia. Esa ya no es ocupada, pero algunos alumnos aún juegan en su patio. La otra edificación es relativamente nueva (30 años) y por ello los escolares ocupan los ambientes.

Como los ambientes son insuficientes para los mil 364 alumnos, los estudiantes fueron separados. A inicios del año pasado, los escolares estudiaron en 5 locales y desde agosto de este año lo hacen en 3 ambientes.

El primero es la sede principal de la institución y donde están los menores de primero a tercero de primaria, junto a los primeros años de secundaria.


Cerca de 50 niños de 4 y 5 años y del nivel inicial asisten a clases en el parque Julio Ernesto Granda ,en aulas de tripley que fueron acondicionadas por los padres de familia. Usaron la pared de la cancha de frontón para dividir los dos salones.

“Incluso tenemos que perjudicar al resto de los niños de la zona porque no pueden entrar al parque, pero no tenemos otra alternativa que cerrarlo por la seguridad de los menores y por los materiales de trabajo que tenemos”, lamentó la directora Naissa Mejía.

En el jardín no hay energía eléctrica. “Para reemplazar las imágenes audiovisuales y las canciones, recurro a dramatización y láminas”, señala la joven maestra Nélida Centón Ayma.

Es igualmente complicado realizar actividades extracurriculares, como en el Día de la Madre, pues no tienen un espacio adecuado. En estos casos deben trasladarse hasta el local principal del colegio y eso implica no solo llevar a los estudiantes, sino el mobiliario, de lo contrario deben alquilar sillas.

Los alumnos de los últimos grados de primaria (turno diurno) y los últimos años de secundaria (tarde), estudian en los módulos prefabricados en el estadio 9 de Noviembre. El problema es que venció el convenio con el IPD, piensan que pueden renovarlo por dos años, lapso en el que esperan se termine la construcción de su plantel.

Estos trabajos incluyen un pabellón de 3 pisos para secundaria, otro de 2 para primaria y uno para inicial. Se estimaron 365 días de plazo para su edificación, sin embargo, la directora de la institución, duda que el cronograma se cumpla.“Tenemos la experiencia del colegio Juana Cervantes en Arequipa”, dijo, haciendo referencia a la demora en este colegio.

Prueba de este temor es que la entrega de la buena pro ya tuvo un ligero retraso. De acuerdo al cronograma, debió efectuarse el 25 de setiembre, pero se postergó para el 4 de octubre, debido a observaciones que habrían presentado los postores.

El proyecto será financiado por el Ministerio de Educación y está valorizado en 18 millones 761 mil soles.

El presidente de los padres de familia, Hilmer Quispe Medina, aboga por la obra. “Estamos en un riesgo alto, necesitamos que las autoridades nos apoyen. Estamos arriesgando la vida de nuestros hijos porque con un fuerte sismo el colegio cae”, dijo.

La alcaldesa del colegio, Zualy Castillo Quispe, también espera lo mismo. “Es incómodo estudiar en el estadio en el parque. Quizá nosotros no disfrutemos del nuevo colegio, pero queremos que los más pequeños tengan un mejor ambiente”, exhortó. La profesora Verónica Estremadoyro, teme más por la vida de sus alumnos que por la suya. Sus pequeños tienen 8 años y ante un sismo deben bajar las gradas para no quedar aplastados. “Las autoridades debieron empezar con la reconstrucción hace muchos años”, refirió. 

Los estudiantes no cuentan con malla protectora en el colegio. Para estos alumnos, otro de los peligros es la alta radiación que afecta a la región. El plantel no cuenta con una malla de protección porque la que habían colocado se malogró durante las lluvias. Los parantes de metal están oxidados y hasta ahora no han podido ser cambiados. Los padres de familia piden atención de las autoridades.

Fuente: Diario Correo